Prof. Lucía Todone
“El Churrinche que en guaraní se denomina
“Guirápithá” (pájaro rojo), habita en toda nuestra República, desde el Cuareim
al Plata. Se le ve en los suburbios de los poblados, en los campos y en los
montes; sobre los alambrados e hilos de telégrafo; sobre las ramas de los
árboles ralos en hojas, como el molle y la espina de la cruz. Se destaca así como
una flor, el rojo escarlata de su cuerpo. Agachadito sobre su percha, se
muestra atento al revolotear de los insectos, que nosotros no advertimos, pero
que él bien ve con su potente vista. Bruscamente se lanza sobre su presa que
toma en pleno vuelo, y vuelve al lugar de partida, repitiendo esta acción
muchas y muchas veces. Sólo parece interrumpir su tarea para entonar su
“Churrin-chirrin,”canto monótono pero dulce y cadencioso que entona en impulso
que lo eleva hacia el cielo. Parece una
brasa que se atiza al elevarse; parece la sangre de un charrúa, que del suelo
vuelve a la vida” (Carlos Torres de la Llosa).
Como vemos, un naturalista y zoólogo como el
Dr. Carlos Torres de la Llosa, utiliza términos poéticos para describir con su
prosa, las características y el comportamiento de un ave que por su belleza, ha sido frecuente inspiración de
poetas.
También los versos de otros poetas nos
recuerdan que frecuentemente asociamos nuestros sentimientos y estados del alma
con las aves, como lo podemos apreciar en
“La
Leyenda del Churrinche” de Montiel Ballesteros:
“……Fue en una emboscada.
En un rincón de río indígena, de monte espinoso y crudo.
La soldadesca les daba caza como a fieras.
Fusilados, heridos, desangrados, se acababan…
Algunos atinaron a hundirse en el río padre
que los recibió amoroso.
El último, un cacique joven, fuerte y esbelto,
que no pudo arrastrarse hasta el agua salvadora y no quería caer vivo en manos
de los intrusos, se alargó la herida que le abría el pecho y sacó su corazón
arisco, rojo y libre, que se volvió un churrinche encendido y voló a refugiarse en el seno caliente de los
bosques nativos.
Y ahí anda ese pajarito de fuego.
Ágil. Solo. Silencioso.
No canta.
Quizás por no llorar.
Y como las sensitivas que cierran sus corolas
al menor contacto extraño, él se muere si lo meten en una jaula.
Vuela rápido. Como una bola arrojadiza que
llevara el haz de paja encendido, el fuego santo que florecía el incendio en la
casa del intruso.
Se detiene en un árbol criollo y se dijera que
lo florece.
Pero es un relámpago.
Ya se pierde en la espesura maternal ese
corazón de charrúa con alas.”
Nombre
común - Churrinche (Uruguay y Argentina); (Saca-tu-real
(Chile); Guyra-tata (Paraguay);
Atrapamoscas sangre de toro (Bolivia);
Verao or principe (Brasil);
Mosquero bermellón, Brujo (Ecuador);
Titiribí (Colombia); Mosquero cardenalito (Méjico y Guatemala); Turtupilin (Perú), Vermilion
Flycatcher (EEUU, sudoeste).
Nombre
científico - Pyrocephalus rubinus – del griego purrhos: color de fuego y
kephalos: cabeza; rubinus: color rubí.
Orden - Passeriformes
- el Churrinche está dentro de las familias de pájaros suboscines, que son los que tienen siringe
menos desarrollada y vocalizaciones menos complejas y armoniosas.
Familia - Tyrannidae - familia de aves que se encuentran sólo en las
Américas, desde Canadá hasta Tierra del Fuego. En Uruguay hay 50 especies.
Su nombre del latin “tyrannus,” quiere decir “tiranos”
o sea, usurpadores, soberanos, reyes y se
debe a que muchas especies no toleran intrusión alguna en sus territorios de
crías, ni aún tratándose de aves mayores;
son capaces de rechazar hasta los gavilanes.
Los pájaros integrantes de esta familia tienen
gran variación de tamaño, color, hábitat, método de forrajeo, aunque todos se
alimentan principalmente de insectos que cazan en vuelo elástico, por lo que se
les conoce como “papamoscas americanos”. Algunos son frugívoros.
El pico es corto y recto, terminado en gancho,
pero puede variar de fino a ancho, de profundo a plano, etc. En la base del
pico las especies insectívoras tienen cerdas rictales o vibrisas.
Macho adulto
Características
generales del Churrinche –
Mide 14 cm .
Son dimórficos (dimorfismo sexual). El macho tiene corona, copete, y
región ventral rojo escarlata; antifaz, dorso, cola y alas de color negruzco.
La hembra tiene el dorso pardo ceniciento,
pecho gris ceniciento con un estriado vertical pardo; parte ventral inferior,
flancos y subcaudal va variando del
amarillo al melón y rosado pálido.
Los dos presentan pico y patas negras.
Hembra adulta
Distribución
geográfica –
Esta especie se distribuye en forma
discontinua desde el sudoeste de Estados Unidos, Méjico, Centroamérica y
América del sur, hasta el centro
(provincia de Río Negro) de Argentina. En la mayor parte de su distribución los
individuos son residentes, pero las poblaciones ubicadas en los extremos son
migratorias (Wolf y Jones 2000).
A lo largo de esta distribución existen 13
subespecies; en Uruguay, Argentina y parte de Brasil, se encuentra la forma
típica Pyrocephalus rubinus rubinus.
Hábitat
–
Zonas abiertas, praderas y pastizales, orillas
de bosques nativos, zona arbustivas bajas de la costa; también en parques y
jardines.
Desde hace varios años venimos realizando
avistamientos de parejas de Churrinches en la costa de la Barra de Carrasco
(Montevideo).
Status
en Uruguay -
Es un visitante
veraniego nidificante común por todo el Uruguay. Estos migradores los ubicamos en la categoría de
visitantes veraniegos nidificantes, porque habitan y se reproducen
en nuestro territorio en los meses de verano, para dirigirse durante
nuestro invierno al norte del continente sudamericano.
Si bien se considera que son comunes en nuestro territorio, hay preocupación
por la gran contaminación de las aguas y de los invertebrados que les
sirven de alimento, debido a los agrotóxicos que se utilizan masivamente
en las grandes plantaciones que se
desarrollan en nuestro país.
Los Churrinches machos llegan cada primavera
en setiembre, eligen su territorio de cría, y
poco después arriban las hembras, siendo las parejas monógamos por cada
temporada. En febrero, después de la reproducción, los machos migran hacia el
norte a regiones tropicales, pero los
juveniles y las hembras permanecen hasta
abril; habiéndose obtenido registros de formas juveniles aún en el mes
de mayo, en Cerro Largo.
Según comentarios personales de E. Arballo,
algunos churrinches se quedan en nuestro territorio (no migran) como
consecuencia del cambio climático.
Reproducción
-
El período de reproducción va de octubre a
diciembre, y se reproducen cuando cumplen el primer año de edad.
A los
pocos días de sus respectivas llegadas, el macho sobrevuela a la hembra y le
canta con una agitación peculiar, elevando su copete, extendiendo su cola y
agitando sus alas, hasta que finalmente se aparean. Es común que el macho le
ofrezca a la hembra un insecto, previo a la cópula.
Cuidados parentales - el macho elige un lugar para
la construcción del nido que generalmente es la horqueta de un árbol, a 2.5 metros o más, de
altura. La hembra es la que construye el nido,
una taza abierta de 6 x 3cm,
formada por fibras vegetales, palitos, musgos y telas de araña, y
adornándolo exteriormente con líquenes.
La puesta es de 2 o3 huevos color crema o
blanquecinos con pintas y manchitas castañas, rojizas y grises, más
concentrados en el polo mayor
Estos son incubados en forma exclusiva por la hembra, aunque el macho le
trae regularmente alimento en su pico, atento a la presencia de posibles
predadores. Este ritual sigue durante 16 días hasta que se produce la eclosión
de los huevos.
Mientras los pichones son pequeños(1-4 días de
edad) la hembra se dedica generalmente al empolle, mientras el macho
alimenta su pareja y ella redistribuye el alimento entre los pichones. Cuando
los pichones son grandes (8-12 días de edad) ambos progenitores buscan insectos y arácnidos para ellos, tardando dos semanas en salir del nido. La
hembra generalmente busca alimentos en zonas cercanas al nido.
Los pichones cuando recién salen del huevo son
de color oscuro casi violáceos, con un plumón amarillento pálido; al 6º día le
salen las primeras plumas y a los 14 días están bien emplumados.
A partir de las observaciones realizadas por
Fiorini, V & F Rabuffetti (2003) se
aprecia que “aunque el cuidado es biparental, existe una asimetría en las
actividades, siendo la hembra la que permanece más tiempo en el nido,
encargándose de la incubación de los huevos y del empolle de los pichones,
mientras que ambos sexos alimentan a los pichones y el macho participa en la
alimentación de su pareja y la vigilancia del nido”.
Los primeros
juveniles se distinguen por su plumaje parecido al de la hembra adulta, pero
grisáceo en toda la parte ventral.
Juvenil en su 1ª etapa.
Los juveniles demoran 3 meses en tener el
color definitivo, y durante ese período pasan por varios cambios de color
(períodos de transición); es así que tenemos formas juveniles en la 2ª etapa,
que son parecidas al juvenil de la 1ª etapa,
pero con un tinte amarillo en los flancos, y en la región subcaudal. A
medida que se desarrollan sus gónadas, los juveniles de la 2ª etapa cambian el
color amarillo por un color melón rosáceo en las hembras adultas. Si los juveniles son machos, después
de las 3 primeras semanas fuera del nido, pasan gradualmente del amarillo al
rojo anaranjado, desde la parte subcaudal al pecho en forma despareja; para
finalmente tener el plumaje rojo
escarlata típico de la edad adulta del macho.
Juvenil en la 2ª etapa
Macho juvenil
Macho juvenil
El Churrinche cría dos polladas en una
estación; pero si el nido es destruido o parasitado, puede intentar poner otra
vez.
Cabe destacar que los Churrinches como todos
los Tiránidos, son sumamente
territoriales, y sobretodo los machos defienden con fiereza su nido cuando se
acercan otros Churrinches machos, u otros pájaros como el Benteveo (Pitangus sulphuratus,) o el Tordo (Molothrus bonaerensis); llegando incluso
a abandonar el nido cuando es parasitado por este último.
No debemos olvidar que estos pájaros son muy
beneficiosos para la agricultura, ya que tienen un régimen insectívoro. Cazan
insectos tanto en el suelo como en vuelo.
El canto del Churrinche podemos escucharlo en el CD -
“Passeriformes del Uruguay” - que se encuentra disponible en el Museo de Historia Natural
“Carlos A Torres de la Llosa."
Educación
–
Consideramos importante promocionar la
conservación del Churrinche, así como de todas las demás especies; para esto es
fundamental educar a los niños, jóvenes
y adultos, en el cuidado de nuestra biodiversidad.
Para preservar la Flora y la Fauna autóctonas,
hay que tomar muchas medidas preventivas, tales como: impedir la caza furtiva,
y la venta de especies autóctonas;
controlar las fumigaciones con agrotóxicos, que afectan a los seres
humanos a través de los productos
agrícolas que ingerimos; y que alteran los sistemas acuáticos, y toda la fauna
acompañante.
AGRADECIMIENTOS
Juan
Cuello – por su lectura crítica y sus opiniones.
Eduardo
Arballo – por sus comentarios personales y por
facilitarme fotografías.
Museo
Nacional de Historia Natural – por permitirme estudiar
los cambios de plumaje en su colección de más de 30 churrinches taxidermizados.
Facultad
de Ciencias – Centro Referencia de Biblioteca – por
facilitarme un artículo “Pyrocephalus rubinus
Vermilion flycatcher” de Tiffany Alvarez. Universidad de Michigan y Museo de Zoología.
José
Mazzula – por sus comentarios personales.
Santiago
Claramunt - del
Departamento de Ornitología del American Museum of Natural History of New York – también por sus
comentarios personales.
Jackeline
Prochet - por
su estímulo y apoyo al desarrollo de esta tarea.
J.Ordeix
y N.Campal - por
su registro fotográfico en la zona de Punta Carreta - 8/4/12
BIBLIOGRAFIA
Alvarez,
T. ( 2012) Pyrocephalus rubinus Vermilion
flycatcher.
Aspiroz , A.
(2001) Aves del Uruguay.
Belton, W. (2003) Aves Do
Rio Grande do sul.
Cuello, J. & E. Gerzenstein. (1962) Las aves del Uruguay
Dalgas Frisch, J. (2005) Aves Brasileiras.
De La Peña,
M. & M. Rumboll (1998) Birds of Southern South America and Antartica
De La Peña, M. (1999) Nidos y
Huevos de Aves argentinas.
Fiorini, V.
& F. Rabuffetti. (2003) Cuidado parental en el Churrinche. Hornero, vol 18.
Fraga, R. (1997) Notas
sobre la reproducción del Churrinche.
Gore, M & A. Gep (1978) Las Aves del Uruguay.
Hudson, G. E. (1920) Aves
del Plata.
Jaramillo, A.
(2005) Aves de Chile.
Narosky, T & D. Yzurieta (2006) Aves de
Argentina y Uruguay.
National Geographic (1999) Birds
of North America.
Olrog, C. (1995) Las
aves argentinas.
Ortiz, F & J. Carrion (1991) Introducción a las aves del Ecuador.
Preston, E.
(1998) The Birds of Mexico
and Adjacent Areas.
Rappalini, C. (1961) Crónicas sobre pájaros.
Torres De La Llosa, C.A. (1957) Zoografía.
Walker, B.
(2005) The Birds of Machu Picchu and the Cusco region.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invitamos a dejar tus comentarios aquí: